El caniche o poodle es una raza canina que durante el siglo XV se consideró de uso exclusivo de los aristócratas y nobles. Hasta el Renacimiento, este era un perro cobrador de aguas: recuperaban las presas ya cazadas que habían caído al agua, como patos y cisnes. Hoy en día se les encuentra frecuentemente en las exposiciones caninas de belleza. Existen cuatro variedades: gigante, mediano, enano y miniatura o toy.
Bajo la densa y larga capa de pelo del caniche se esconde un perro bien proporcionado y robusto, muy ágil y musculoso. De color blanco, negro, gris o crema y siempre en distribución uniforme, nunca con manchas.
Los de color blanco y crema cuentan con una trufa negra, comisura labial y bordes palpebrales. Los marrones cuentan con ojos ámbar oscuro y trufa, labios y bordes palpebrales color hígado. La cabeza terminada ligeramente en punta por la parte posterior, es estrecha y el morro largo y afilado, destacan unas orejas muy largas.
Esta raza no muda el pelo, que crece continuamente, por lo que debe ser cortado periódicamente. Este recorte no se realiza de cualquier manera, sino que sigue una serie de patrones determinados, desde hace tiempo. Estos patrones son: corte de cachorro, de cordero, holandés y de león, siendo este último el más popular de todos. En este patrón se rapa completamente el tercio trasero y las extremidades, excepto las mitades inferiores, tanto de las extremidades como de la cola (la cola suele estar siempre enhiesta, altamente insertada, formando un leve ángulo).
Patas fuertes y piés proporcionalmente pequeños, pecho profundo (sin arquearse en exceso). El Caniche es una raza que presenta múltiples tamaños. Así, encontramos desde pequeños (enanos) hasta grandes (gigantes), pasando por tallas medias. Estas diferencias son solamente de tamaño manteniéndose el resto de parámetros iguales.
De diestros cazadores a fieles perros de compañía.
Parece ser que era un perro guardian peludo y lanudo, protector de ovejas, el origen remoto de esta raza se encuentra en el Barbet del Norte de África que llegó a la Península Ibérica con los árabes, donde fue cruzado con elperro de aguas portugués. Después se extendió por toda Europa, donde se volvió muy popular, sobre todo entre la aristocracia de la época, de la mano de reyes como Luis XV y Luis XVI de Francia y personajes tan conocidos como Beethoven, Madame Pompadour y María Callas.
El origen de los Caniche se remonta a la Edad Media, más específicamente al siglo XV, momento en el que empieza a aparecer en escritos y pinturas de la época. En Alemania se les nombró perros "pudel", lo cual significa "chapotear en el agua"
Los Caniche demostraron ser valiosos ayudantes para sus dueños en la cacería. Sin embargo en estas situaciones el pelaje largo y espeso llegó a ser un problema, ya que al cobrar a la presa en algún río o lago, el pelo absorbía mucha agua y en el intento de regresar a la orilla algunos perros se ahogaban. Fue entonces cuando los cazadores decidieron eliminar el exceso de pelaje, dejándoles cubierta la zona del pecho con el fin de proteger el cuerpo del perro de la baja temperatura del agua. Con este fin protector también dejaron pompones de pelo en las articulaciones.
Durante los siglos XVI, XVII y XVIII, la gente empezó a criar Caniche al menor tamaño, para crear lo que conocemos actualmente como Caniche enano, mediano y toy. Los Caniche enanos participaron en compañías de danza que entretenían a las damas de la corte.
Con sus características típicas de inteligencia, afán de agradar y deseo de socializar con los seres humanos, los Caniche toy fueron compañeros ideales para las damas. Esta variedad llegó a ser tan popular que a finales del siglo XVIII el Rey Luis XVI de Francia encargó a Goya un retrato de los Caniche toy de su esposa María Antonieta.
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