Es una raza muy maltratada y sometida para diversiones en pelas por sus dueños, pero lejos de esto es una raza de perro leal como las demás razas solo depende como el dueño lo eduque. Es un animalito que merece vivir en paz y amor, no usado para diversión.
Orgullo. Fuerza. Lealtad. Tenacidad. Éstos son los primeros adjetivos que vienen a la mente cuando se observa o se piensa en el American Staffordshire Terrier.
Estas cuatro palabras sólo describen someramente al American Staffordshire Terrier, una raza poderosa y compleja. Lo que esta raza tiene que ofrecer depende, completamente, del propietario. Sus habilidades no tienen límites: insuperable fuerza, deseo de complacer ilimitado, un animal ideal para la actividad y el trabajo. Aun así, al mismo tiempo, este perro es un maravilloso compañero, un animal afable con la familia y los amigos y tiene una habilidad añadida como guardián. Este perro parece tan perfecto que podríamos llamarle «superperro». Si hay una raza merecedora de este estatus, el American Staffordshire Terrier es un buen candidato.
Criado en sus orígenes para pelear contra otros perros, el American Staffordshire Terrier es un perro acomodaticio, digno de confianza y extremadamente afectuoso con las personas. A pesar de su inherente habilidad para destrozar y magullar a animales de más de tres veces su tamaño, el American Staffordshire Terrier no suele ser agresivo y no buscará la pelea. En pocas palabras: este perro no será el que inicie el problema, pero sí que será el que acabe con él.
En lugar de manifestar agresividad, el American Staffordshire Terrier canaliza su enorme energía en satisfacer a su amo. La voluntad que tiene esta raza para complacer procede de sus orígenes como perro de pelea: el perro quería, con tanta voluntad, ganar para su amo que luchaba hasta la muerte. Este compromiso y esta dedicación son, realmente, muy valiosos, sin importar la tarea que se le encomiende.














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